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La Organización de los Estados Americanos (OEA) decidió este viernes realizar "una evaluación colectiva inmediata" de la situación en Nicaragua tras la reelección del presidente Daniel Ortega, en una resolución adoptada durante su Asamblea General.

El texto fue adoptado por 25 votos a favor de los 34 miembros activos del bloque. Siete países se abstuvieron: Honduras, México, Bolivia, San Vicente y las Granadinas, Santa Lucía, Belice y Dominica. La delegación de San Cristóbal y Nieves estaba ausente y Nicaragua votó en contra.

Entre los que votaron a favor destaca Argentina, que este año se abstuvo de apoyar dos resoluciones del Consejo Permanente de la OEA que pedían elecciones libres y la liberación de todos los opositores detenidos en Nicaragua.

La resolución "sobre la situación en Nicaragua" pide al Consejo Permanente, órgano ejecutivo de la OEA, que realice "una evaluación colectiva inmediata a ser completada a más tardar el 30 de noviembre y tome las acciones apropiadas".

"Las instituciones democráticas en Nicaragua han sido seriamente socavadas por el gobierno" nicaragüense, afirma la resolución de la OEA.

Ortega, quien lleva 14 años consecutivos en el poder en Nicaragua, fue reelecto el domingo para otro mandato de cinco años, tras haber detenido o forzado al exilio a los opositores con posibilidades de derrotarlo.

La votación fue nominal por petición de Nicaragua, que condenó el texto y exigió "con firmeza respeto a la nación". La OEA "no es árbitro o auditor del proceso electoral", dijo, insistiendo en que las elecciones se llevaron a cabo "en total y absoluta paz".

Entre los que se abstuvieron, el embajador de Bolivia, Héctor Arce, instó a la OEA a no intervenir en los asuntos internos de los países, recordando el "hecho nefasto" de la participación de la organización en los comicios bolivianos de 2019.

"Hemos acompañado el actual proyecto de resolución con la convicción, la esperanza y la voluntad política de seguir trabajando a favor del diálogo", afirmó el vicecanciller argentino, Pablo Tettamanti, quien rechazó la imposición de "sanciones" o "bloqueos" para resolver diferencias.

La resolución adoptada no pide abiertamente la activación del artículo 21 de la Carta Democrática Interamericana, en virtud del cual se puede suspender a un Estado miembro si rompe el orden democrático y la diplomacia no da resultados.

Pero podría desembocar en su activación en función de las conclusiones de "la evaluación colectiva".

Lluvia de críticas


Los posicionamientos de la OEA ante las crisis de la región le han valido una lluvia de críticas durante la asamblea general, que tiene a Guatemala como país anfitrión. Este viernes se decidió por aclamación que Perú albergue la próxima Asamblea General, el máximo órgano de la OEA.

El lema "Por una América renovada", sirvió a varios países miembros como excusa para pedir una renovación de la OEA.

Argentina dijo que "todo Estado tiene el derecho a elegir sin injerencia externa su sistema político, económico y social"; México advirtió que no acepta que la organización "asuma que cuenta con poderes supranacionales o con instrumentos para intervenir en asuntos internos" y Bolivia sugirió "repensar la OEA".

Paraguay estimó que la OEA "debe buscar nuevas formas de comunicación" con sus miembros y "convertirse en una casa de todos para todos" porque la pandemia y la revolucion digital "han cambiado las reglas de juego". Hay que otorgarle - añadió- "la musculatura que ha perdido" a través de un debate interno en su seno.

Perú pidió que la OEA siga comprometida con los paradigmas "en los tiempos en los que vivimos".

Para la República Dominicana la OEA juega un rol central "en el fortalecimiento de la democracia" y "con sus luces y sombras" ha sido en multiplies ocasiones un "faro".

En la misma sintonía, Uruguay estima que la organización desempeña un papel importante, como "la defensa de la democracia y de los derechos humanos".

Otros países citaron a Venezuela en sus intervenciones, para pedir que se reanuden las negociaciones con la oposición encabezada por el dirigente Juan Guaidó, reconocido como presidente interino por más de 50 países.

La crisis sanitaria provocada por el covid-19 fue uno de los temas más recurrentes en los discursos, en una región con el 32% de muertes pese a representar el 8% de la población mundial.

También se habló de la importancia del empoderamiento de la mujer, el calentamiento global, la pobreza y las minorías.